Hay muchos beneficios potenciales de tomar baños de sal de Epsom durante el embarazo. Estos incluyen los siguientes:
Alivio de dolores y molestias
Los dolores musculares, los ligamentos redondos y los calambres en las piernas son comunes durante el embarazo. Si bien hay poca evidencia científica de que el sulfato de magnesio alivia el dolor, el calor de un baño tibio puede ayudar a relajar los músculos.
Reducción del estrés
Remojarse en un baño tibio puede ayudar a aliviar estrés. La investigación en un modelo animal sugiere que el magnesio también puede ser un antidepresivo y un analgésico natural.
Ayuda para las hemorroides
El estreñimiento es común durante el embarazo. Junto con el peso del útero y del bebé en desarrollo, esto puede aumentar la probabilidad de hemorroides.
Las hemorroides son venas hinchadas alrededor del ano que pueden picar o doler. Remojarse en un baño tibio puede ayudar a aliviar el malestar que causan las hemorroides, mientras que las propiedades antiinflamatorias de las sales de Epsom pueden ayudar a encoger las venas.
Niveles elevados de magnesio
Cuando una persona está embarazada, su necesidad de magnesio aumenta.
De hecho, las investigaciones han demostrado que la deficiencia de magnesio es común en muchas mujeres en edad fértil.
Aunque aún no hay pruebas científicas, sumergirse en un baño de sal de Epsom puede permitir que el cuerpo absorba el magnesio.
Alivio de la picazón
Las personas embarazadas a menudo experimentan picazón como su piel se estira para adaptarse al feto en crecimiento.
Un baño de sal de Epsom puede aliviar la picazón. La aplicación de crema hidratante después del baño debería ayudar a proporcionar un alivio duradero.