¿Por qué no tiene hambre? Causas y cuándo preocuparse

Hay muchas razones por las que es posible que no sienta mucha hambre, incluso cuando su cuerpo necesita comer.

Ansiedad

Cuando experimenta ansiedad, su respuesta de lucha o huida se activa y hace que el sistema nervioso central libere ciertas hormonas del estrés. Estas hormonas del estrés pueden ralentizar la digestión, el hambre y el apetito.

Las personas con trastornos de ansiedad también pueden experimentar otros síntomas a largo plazo, como náuseas, que con frecuencia interfieren con la sensación normal de hambre.

Depresión

La depresión puede también conducen a una disminución a largo plazo de las señales de hambre y apetito.

En un pequeño estudio de investigación, los investigadores investigaron imágenes cerebrales de 16 participantes con trastorno depresivo mayor que experimentaron pérdida de apetito.

Descubrieron que en estos participantes, el área del cerebro responsable de monitorear el estado fisiológico del cuerpo era menos activa que sus contrapartes saludables.

Estrés

El estrés puede causar síntomas físicos, como náuseas e indigestión, que interfieren con su apetito o deseo de comer.

Además, las investigaciones sugieren que sus niveles de apetito pueden verse influenciados de manera diferente según el tipo de estrés que experimente.

Por ejemplo, el estrés agudo que activa la respuesta de lucha o huida tiene más probabilidades de provocar una disminución repentina del apetito y el hambre.

Enfermedad

Ciertas enfermedades, como el resfriado común, la gripe estacional o un virus estomacal, pueden causar una disminución en los niveles de hambre.

Las enfermedades respiratorias, en particular, pueden bloquear su sentido del olfato y el gusto, lo que puede hacer que la comida parezca poco apetitosa.

Además, tanto la gripe estacional como los virus estomacales pueden provocar náuseas, lo que tiende a reducir el apetito.

Embarazo

El embarazo puede provocar una disminución del hambre, pérdida del apetito y posiblemente incluso aversión a la comida.

Ciertos síntomas del embarazo, como náuseas y acidez estomacal, pueden dificultar la detección de los verdaderos niveles de hambre. Además, las aversiones a ciertos alimentos pueden tener un efecto negativo sobre el apetito y el hambre.

Ciertas condiciones de salud

Hay un puñado de condiciones de salud subyacentes que pueden hacer que sienta menos hambre. . Algunas afecciones, como el hipotiroidismo, hacen que el metabolismo del cuerpo se ralentice, lo que puede provocar una disminución del hambre.

Otras afecciones que pueden causar una disminución del apetito incluyen:

  • enfermedad renal
  • enfermedad hepática
  • insuficiencia cardíaca
  • ciertos cánceres

Dolor crónico

Las condiciones de dolor crónico que afectan negativamente su salud física y mental, como la artritis y la fibromialgia, pueden hacer que pierda su apetito, también.

Esta también es parte de la razón por la que algunas personas experimentan pérdida de apetito durante la menstruación: los cambios hormonales y el dolor pueden provocar una disminución del apetito.

Medicamentos

Algunos medicamentos pueden provocar pérdida de apetito como efecto secundario. Estos medicamentos incluyen:

  • antibióticos
  • antihipertensivos
  • diuréticos
  • sedantes

La disminución del hambre causada por estos medicamentos puede ir acompañada de otros efectos secundarios que influyen en los niveles de hambre, como fatiga y náuseas.

Algunos procedimientos de tratamiento para ciertas enfermedades también pueden disminuir sus niveles de hambre.

Un ejemplo de esto son los tratamientos contra el cáncer como la radiación y la quimioterapia, que se sabe que disminuyen el apetito. Se ha demostrado que otros procedimientos, como la diálisis peritoneal, también provocan pérdida de apetito.

Edad

Se estima que aproximadamente del 15 al 30 por ciento de las personas mayores experimentan una disminución del apetito relacionada con la edad. Hay muchas razones por las que los niveles de hambre disminuyen con la edad, que incluyen:

  • menor metabolismo y necesidades de energía
  • disminución de la respuesta hormonal
  • disminución del sentido del gusto y olor
  • reducción de la producción de saliva
  • mala salud dental
  • enfermedades agudas y crónicas

Trastornos de salud mental, como ansiedad y depresión, también puede afectar el apetito en personas mayores.

En un estudio transversal, los investigadores identificaron un vínculo entre la pérdida del apetito y un rendimiento cognitivo deficiente en personas mayores con depresión mayor.

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