Aunque se advierte a las mujeres que no deben comer sushi y otros mariscos crudos (como sashimi, ostras, almejas y mejillones) durante el embarazo, no hay necesidad de renunciar a este tipo de mariscos cuando amamantan. El sushi puede formar parte de una dieta bien equilibrada. Asegúrese de que el sushi, el sashimi u otros mariscos crudos que consuma sean frescos y siga las recomendaciones de mariscos para madres lactantes emitidas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Sea selectivo con respecto al pescado que elige y la cantidad que come.
Algunas pautas:
- Consuma de 2 a 3 porciones (entre 8 y 12 onzas) de una variedad de pescado con bajo contenido de mercurio por semana. Los que están comúnmente disponibles incluyen salmón, camarones, abadejo, atún (enlatado ligero), tilapia, bagre y bacalao.
- Evite los siete pescados con mayor contenido de mercurio. No se recomienda el atún patudo, la caballa real, el marlín, el reloj anaranjado, el tiburón, el pez espada y el blanquillo en ninguna cantidad para las mujeres que amamantan. (Tampoco se recomiendan para mujeres embarazadas o niños pequeños).
- Limite el atún blanco (albacora) a no más de 6 onzas por semana. El resto de atún enlatado no está limitado.
- Investigue antes de comer pescado local. Verifique las advertencias sobre peces emitidas por la autoridad correspondiente, generalmente el departamento local de vida silvestre o salud. Si no puede encontrar ninguna información, limite su consumo de pescado capturado localmente a 6 onzas por semana.
- Consuma pescado como parte de una dieta bien balanceada que satisfaga sus necesidades calóricas. La información para las madres que amamantan está disponible en el sitio web Choose My Plate.
- Incluya pescado con bajo contenido de mercurio cuando agregue alimentos complementarios a la dieta de su hijo amamantado. Para los niños de 2 a 6 años, esto sería alrededor de 2 a 3 porciones pequeñas (un total de 3 a 5 onzas) por semana.
- Esté atento a los signos de una reacción alérgica al introducir pescado. El pescado, especialmente los mariscos, es un alérgeno potencial, así que esté atento a los síntomas (urticaria, sarpullido o piel enrojecida, hormigueo en la boca, hinchazón de los labios o la lengua, dificultad para respirar, sudoración, vómitos, diarrea, aversión a los alimentos, tos o pérdida del conocimiento ) al introducir pescado a niños pequeños.
Los estudios han demostrado que los niveles altos de mercurio pueden dañar el sistema nervioso, los riñones y el hígado de los niños por nacer, los bebés y los niños pequeños, por lo que se justifica cierta preocupación. Sin embargo, los mariscos contienen proteínas y ácidos grasos omega-3 que son importantes para la salud general y el desarrollo neurológico. Manténgase informado, pero tenga la seguridad de que los beneficios de estos nutrientes vitales superan los riesgos de consumir cantidades limitadas de pescado con bajo contenido de mercurio.