Objetivo: Los flebolitos pélvicos se encuentran comúnmente en las imágenes simples y de TC y siguen siendo una fuente de frustración al intentar diferenciarlos de los cálculos ureterales. Dada su frecuencia, se sabe poco sobre su importancia. Revisamos la literatura sobre flebolitos pélvicos, específicamente en relación con su historia, demografía, importancia clínica y métodos para distinguirlos de los cálculos ureterales.
Métodos: Se realizó una búsqueda exhaustiva de la literatura de todos los artículos relacionados con los flebolitos pélvicos.
Resultados: Los flebolitos pélvicos se describieron por primera vez en el siglo XIX cuando se observó la presencia de nódulos intravenosos calcificados en la disección humana. Con el descubrimiento de las imágenes de rayos X en 1895, han causado muchas controversias diagnósticas desde entonces. Histológicamente están compuestos por tejido fibroso laminado calcificado, con una capa superficial continua con el endotelio venoso. Se informa que la prevalencia de flebolitos pélvicos en adultos es del 38,9% al 48%. Son más comunes en adultos mayores de 40 años y parecen afectar por igual a ambos sexos. Pueden asociarse con diverticulitis, anomalías vasculares y se observan con mayor frecuencia en personas de países económicamente desarrollados. El signo del «borde» del tejido blando (50% -77% de sensibilidad y 92% -100% de especificidad) y una forma geométrica (100% de valor predictivo positivo) son signos radiológicos que predicen cálculos ureterales en la exploración por TC sin contraste. Los signos radiológicos que sugieren flebolitos incluyen la presencia de lucidez central (8% -60% de sensibilidad y 100% de especificidad), forma redondeada (91% PPV) y el signo de cola de cometa (21% -65% de sensibilidad y 100% de especificidad) . Los flebolitos parecen tener una mejora de la unidad de Hounsfield significativamente más baja que los cálculos ureterales (160-350 HU).
Conclusiones: Los flebolitos pélvicos son un hallazgo radiológico común, especialmente en la población de mayor edad, que continúan presentando desafíos diagnósticos en aquellas con sospecha de cálculos ureterales. Con una mayor conciencia, la incertidumbre se puede superar identificando características definitorias al interpretar las investigaciones radiológicas.