Ectotermo, cualquier llamado animal de sangre fría, es decir, cualquier animal cuya regulación de la temperatura corporal depende de fuentes externas, como la luz solar o una roca caliente superficie. Los ectotermos incluyen peces, anfibios, reptiles e invertebrados. La temperatura corporal de un ectotermo acuático suele estar muy cerca de la temperatura del agua circundante. Los ectotermos no requieren tanta comida como los animales de sangre caliente (endotermos) del mismo tamaño, pero pueden verse afectados más dramáticamente por las fluctuaciones de temperatura.
Los ectotermos que viven en regiones donde las temperaturas fluctúan estacionalmente evitan los extremos refugiándose en madrigueras o lugares similares o permaneciendo inactivos hasta cierto punto (p. ej., en invierno, los peces pueden descansar cerca del fondo de una masa de agua). Además, los ectotermos emplean estrategias bioquímicas para combatir los efectos de las temperaturas extremas. Dado que el calor excesivo puede dañar las proteínas en el cuerpo de un animal, durante los períodos de estrés por calor, los ectotermos liberan proteínas de choque térmico, que ayudan a estabilizar otras proteínas y así prevenir su desnaturalización (modificación de la estructura molecular de una proteína).
En ambientes más fríos, donde los ectotermos pueden estar expuestos a temperaturas bajo cero, algunas especies pueden alterar la química de su cuerpo para restringir el crecimiento de cristales de hielo en sus células y tejidos o para prevenir la formación de cristales de hielo por completo. Muchos ectotermos pueden fabricar e inundar su torrente sanguíneo y tejidos con crioprotectores (compuestos inhibidores del hielo, como proteínas, azúcares y alcoholes de azúcar (p. Ej., Sorbitol y glicerol)) o pueden usar otras sustancias disueltas, como sales, ya presentes en el torrente sanguíneo. Estas adaptaciones protegen las células de los animales de la congelación al reducir el punto de congelación del agua. Por ejemplo, la rana de madera (Lithobates sylvatica) sobrevive al invierno produciendo azúcares en exceso (específicamente, convirtiendo el glucógeno en glucosa) que protegen las células y tejidos del animal, aunque gran parte del agua del cuerpo de la rana puede congelarse. De manera similar, los peces con aletas radiadas que habitan en ambientes marinos polares tienen altas concentraciones internas de sal que inhiben la congelación y producen glicoproteínas que sirven como crioprotectores.