Diagnósticos de enfermería para clientes hospitalizados en una clínica de enfermedades infecciosas

ARTÍCULO ORIGINAL

Diagnósticos de enfermería para clientes hospitalizados en una clínica de enfermedades infecciosas *

Diagnósticos de enfermería para pacientes hospitalizados en una clínica de enfermedades infectocontagiosas

Lidiane Lima de AndradeI; Maria Miriam Lima da NóbregaII; Maria Eliane Moreira FreireIII; Renata Valeria NóbregaIV

IRenfermera titulada. MSc. en Enfermería del Programa de Posgrado de la Universidad Federal de Paraíba. Profesor asistente de la Universidad Federal de Campina Grande. Campina Grande, PB, Brasil. [email protected]
IIEnfermera titulada. Doctora en Enfermería. Profesora Asociada del Departamento de Salud Pública y Enfermería Psiquiátrica. Profesora del Programa de Postgrado en Enfermería del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Federal de Paraíba. Investigador CNPq. Director del Centro de Investigación y Desarrollo de la Clasificación Internacional para la Práctica de Enfermería (CIPE®) del Programa de Posgrado en Enfermería de la Universidad Federal de Paraíba. João Pessoa, PB, Brasil. [email protected]
Estudiante del IIIPhD del Programa de Posgrado en Enfermería de la Facultad de Enfermería de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo. Enfermera registrada de la Clínica de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Lauro Wanderley de la Universidad Federal de Paraíba. João Pessoa, PB, Brasil. [email protected]
IVEnfermera titulada. MSc. en Enfermería del Programa de Posgrado de la Universidad Federal de Paraíba. Gerente de Seguimiento Epidemiológico de la Secretaría Municipal de Salud de João Pessoa. João Pessoa, PB, Brasil. [email protected]

Correspondencia dirigida a

RESUMEN

El objetivo de este estudio descriptivo exploratorio fue generar enunciados de diagnóstico de enfermería para clientes hospitalizados basados en la Base de Datos de los Términos del Lenguaje Especial de Enfermería de la Clínica de Enfermedades Infecciosas de un hospital universitario y de la CIPE®. Además, buscamos validar los enunciados de diagnóstico con la participación de enfermeras clínicas y docentes de enfermería que trabajaban en la clínica. Se elaboraron ochenta y ocho diagnósticos de enfermería. Sin embargo, solo se validaron aquellas que alcanzaron un índice de correlación (IC) ≥ 0,80, según lo determinado por los expertos que participaron en el estudio, lo que resultó en setenta declaraciones de diagnóstico. Los resultados del estudio mostraron que los objetivos se alcanzaron y las declaraciones facilitarán los procesos de comunicación entre los profesionales de enfermería. Además, velarán por que la atención esté guiada por principios metodológicos, proporcionando así la atención al cliente con mayor poder resolutivo.

Descriptores: Diagnósticos de enfermería; Proceso de enfermería; Enfermedades contagiosas; Clasificación

RESUMEN

Estudio exploratorio-descriptivo, objetivando crear, a partir del Banco de Términos del Lenguaje Especial de Enfermería de la clínica de enfermedades infectocontagiosas de un hospital escuela y en la CIPE® , declaraciones de diagnósticos de enfermería para pacientes hospitalizados y validarlas con la participación de enfermeras asistenciales y docentes de enfermería actuantes en la referida clínica. Fueron construidas 88 declaraciones de diagnóstico de enfermería; sin embargo, sólo fueron validadas aquellas que alcanzaron un índice de concordancia ≥0,80 entre los peritos participantes del estudio, resultando un total de 70 declaraciones de diagnósticos. Los resultados del estudio expresan que fueron alcanzados los objetivos, toda vez que tales declaraciones, construidas según terminología de la realidad de la clínica, facilitarán el proceso de comunicación entre los profesionales del área de enfermería. Además, posibilitan una atención pautada en principios metodológicos, atención más resolutiva para el paciente.

Descriptores: Diagnóstico de enfermería; Procesos de enfermería; Enfermedades transmisibles; Clasificación

INTRODUCCIÓN

Las nuevas tecnologías resultantes de la industrialización han influido mucho en la mejora y reorganización de la calidad sanitaria. Han contribuido progresivamente a la solución de problemas complicados, y a menudo han revertido situaciones graves o riesgos de enfermedades en una mejor salud al agilizar el proceso de toma de decisiones y brindar seguridad para la atención al cliente (1). Es importante destacar que la enfermería ha avanzado con avances que sustentan los conocimientos empíricos correspondientes a los distintos servicios de la profesión. El esfuerzo detrás de estos logros surgió en la búsqueda de la autonomía profesional, como lo demuestra el desarrollo de un cuerpo de conocimientos que ha otorgado a la enfermería el estatus de ciencia (2). Esto se logró mediante el desarrollo de modelos teóricos y la creación de un método científico sistemático específico para la enfermería. Este método apoya la práctica asistencial y posibilita la organización de la asistencia para que los clientes reciban una atención de calidad en el menor tiempo y con la máxima eficiencia (3-4).

Este método científico se denomina Proceso de enfermería. Fue introducido en Brasil a través de la teoría de Wanda Horta y fue conceptualizado como una dinámica de las acciones sistematizadas e interrelacionadas dirigidas al cuidado del ser humano (5). Consiste en un rango de razonamiento científico, que ayuda al enfermero a organizar, sistematizar y conceptualizar la práctica de enfermería (6). La estandarización del lenguaje es un problema que aún enfrenta el Proceso de Enfermería, especialmente en lo que respecta al desarrollo de un vocabulario común para clasificar, nombrar y definir diagnósticos, resultados e intervenciones de enfermería. La estandarización creará la posibilidad de un diálogo internacional, incluso para diferentes contextos culturales, sociales y de salud (7).

Dados los problemas en la literatura y en nuestra vida cotidiana y considerando que los profesionales de enfermería llevan a cabo la mayoría de la atención al cliente, es necesario resaltar que las actividades realizadas por el equipo de enfermería no están debidamente documentadas. Esta documentación debe incluir el informe de la recopilación de datos, el análisis mediante el juicio clínico, la planificación de acciones y la implementación de estas acciones, seguido de evaluaciones para verificar si se lograron o no los resultados esperados. Entre los elementos citados, cabe destacar los diagnósticos de enfermería, ya que son prueba de la capacidad del enfermero para identificar problemas que son objeto de intervenciones de enfermería mediante el razonamiento diagnóstico.

Como resultado del malestar en la comunidad científica de enfermería, ya se han desarrollado varios estudios en apoyo de un parámetro universal para fomentar la comunicación mediante la estandarización del lenguaje en la práctica profesional. Sin embargo, no hay suficientes datos científicos relacionados con la atención de enfermería a los pacientes con enfermedades infecciosas. Por tanto, es de fundamental importancia que se diseñen estudios que demuestren la autonomía del profesional de enfermería para evaluar y realizar eficazmente la atención al paciente con las prácticas adecuadas.

Previamente se realizó un estudio en esta clínica para construir un Base de datos de términos lingüísticos de enfermería especiales para clínicas de enfermedades infecciosas, y se identificaron 327 términos. Un total de 205 fueron incluidos en la Clasificación Internacional para la Práctica de Enfermería (CIPE®) Versión 1.0 (8), y no se incluyeron 122 términos. Este sistema de clasificación permitió la estandarización de un lenguaje global al considerar las culturas y particularidades de cada región al definir los términos técnicos (9). Dada la situación actual, se investigó la posibilidad de elaborar declaraciones de diagnóstico de enfermería para los pacientes hospitalizados en esta clínica a partir de la base de datos construida y de la ICNP® Versión 1.0.

Este estudio tuvo como objetivo desarrollar declaraciones de diagnóstico de enfermería para pacientes hospitalizados basado en la Base de datos de términos lingüísticos especiales de enfermería de la Clínica de Enfermedades Infecciosas y la ICNP® Versión 1.0. Además, este estudio tuvo como objetivo validar los enunciados de diagnóstico con la participación de enfermeras clínicas y docentes de enfermería que laboran en la clínica.

MÉTODO

El abordaje metodológico para realizar la investigación fue exploratorio y descriptivo. El proyecto fue presentado y aprobado por el Comité Científico del Departamento de Salud Pública y Enfermería Psiquiátrica y el Comité de Ética en Investigación del Hospital Universitario Lauro Wanderley (HULW) de la Universidad Federal de Paraíba bajo el protocolo No. 361/10. El estudio se realizó en la clínica de enfermedades infecciosas de un hospital docente en el que la clientela procedía de la capital del estado, las ciudades del interior del estado de Paraíba y los municipios aledaños de otros estados. Los principales motivos de hospitalización fueron enfermedades como la hepatitis viral, el dengue, el sarampión, la meningitis, el tétanos y la tuberculosis.

El Consejo Internacional de Enfermeras recomienda adoptar las siguientes pautas para construir diagnósticos y resultados de enfermería: el obligatorio inclusión de un término del eje de Enfoque y un término del eje de Sentencia y términos adicionales según sea necesario. Para la composición de los enunciados de diagnóstico de enfermería en este estudio se utilizó la Base de Datos de Términos de Lenguaje Especial de Enfermería de la Clínica de Enfermedades Infecciosas. Después de la construcción, los enunciados de diagnóstico de enfermería fueron sometidos a un proceso de validación de contenido. Para ello, se diseñó un instrumento con declaraciones de diagnóstico de enfermería para los clientes hospitalizados en la clínica de enfermedades infecciosas. Se solicitó la colaboración de diez enfermeras y tres profesores de enfermería que trabajan en la clínica. Estos profesionales fueron incluidos en la validación dada su experiencia y especialidades en la clínica. Su tarea consistía en evaluar si las declaraciones propuestas eran aplicables al área de enfermedades infecciosas y si las utilizaban eficazmente en la evaluación de pacientes hospitalizados. En los casos de desacuerdo con las declaraciones, se solicitó a los profesionales sugerencias de mejora.

Para el análisis de los datos, se numeraron los instrumentos y se codificaron las variables y se ingresaron en una base de datos Excel para Windows. Los datos se analizaron mediante estadística descriptiva. Los enunciados de diagnóstico de enfermería se consideraron validados cuando alcanzaron un índice de correlación (IC) ≥ 0,80 según lo determinado por los expertos participantes en el estudio.

RESULTADOS

Con base en los términos del eje Focus de la Base de datos de términos lingüísticos especiales de la Clínica de Enfermedades Infecciosas y la ICNP® Versión 1. 0, se prepararon 88 declaraciones de diagnóstico y enviado para validación. De los 88, 81 fueron validados y considerados aplicables a enfermedades infecciosas en base a una puntuación de IC ≥ 0,80. Las siete afirmaciones de diagnóstico de enfermería invalidadas fueron lactancia materna interrumpida, disminución del apetito, llanto excesivo, aumento de la ingesta de alimentos, ausencia de menstruación, menstruación interrumpida y nutrición excesiva.

En esta etapa también se unificaron términos como sueño y descanso. Otros términos unificados fueron aquellos considerados como diagnóstico único o que presentaban nombres diferentes pero representaban el mismo significado, ya que pocos de los participantes del estudio percibieron esta sinonimia. Entre los enunciados sinónimos, se destacaron los siguientes: aumento del volumen de líquido (o edema de extremidades / generalizado), disminución del volumen de líquido (o deshidratación), dificultad para tragar (o disfagia), eliminación intestinal elevada (o diarrea), eliminación intestinal reducida ( o estreñimiento), eliminación urinaria espontánea (o micción espontánea), déficit de autocuidado de la higiene corporal (o higiene corporal deteriorada) y disminución de la hidratación de la piel (o piel seca).

Tras la validación y unificación de diagnósticos sinónimos, se establecieron y clasificaron 70 afirmaciones según las Necesidades Humanas Básicas de Horta. Estos enunciados se subdividieron en psicobiológicos (oxigenación y regulación vascular, hidratación y regulación de electrolitos, nutrición y regulación nutricional, eliminación, sueño y descanso, movilidad, mecánica y motilidad corporal, sexualidad, cuidado corporal, integridad de piel y mucosas, regulación térmica y dolor percepción), psicosocial (seguridad, comunicación, aprendizaje y aceptación, orientación en el tiempo y el espacio y atención) y psicoespiritual (religión o filosofía de vida) como se muestra en la Tabla 1.

DISCUSIÓN

El control de las enfermedades infecciosas sigue siendo un desafío porque requiere interrumpir la cadena epidemiológica de los agentes causantes de enfermedades humanas. Las intervenciones se basan en el diagnóstico de enfermería, que es responsabilidad de la enfermera, y se construyen a partir de los datos de la historia de enfermería, la exploración física y los resultados de laboratorio. Por tanto, el profesional de enfermería debe reconocer las respuestas del paciente para poder atender sus necesidades humanas básicas (5). En esta discusión, el enfoque está solo en los diagnósticos que obtuvieron un IC igual a 1.0 durante el proceso de validación. Se discutirán varios parámetros de normalidad del desarrollo humano, prestando atención al perfil de la clientela de la clínica de enfermedades infecciosas.

Las necesidades psicobiológicas y psicosociales son comunes a todos los seres vivos, mientras que las necesidades psicoespirituales son exclusivas de los humanos ( 5). Entre las necesidades psicobiológicas se incluye la oxigenación, que es el movimiento de aire dentro y fuera del pulmón para reponer el oxígeno y eliminar el dióxido de carbono de las vías respiratorias. Cuando este proceso se deteriora se diagnostica un patrón respiratorio ineficaz, que se conceptualiza como inhalación o exhalación que no proporciona una ventilación adecuada (10).

La frecuencia respiratoria se determina por inhalación y exhalación: la primera es una proceso activo en el que el centro respiratorio envía impulsos para contraer el diafragma. Por el contrario, el segundo proceso implica la relajación del diafragma, durante el cual los órganos abdominales vuelven a su posición normal (11). Por lo tanto, el diagnóstico de aumento de la frecuencia respiratoria se determina mediante respiraciones por minuto (lpm) por encima de los parámetros normales, es decir, más de veinte respiraciones por minuto en adultos (11-12). Los parámetros en otras fases del desarrollo son lactantes = 30-40 lpm, preescolares = 20-25 lpm, escolares = 18-24 lpm y adolescentes = 12-20 lpm (13). El diagnóstico de disminución de la frecuencia respiratoria se determina por el número de latidos por minuto por debajo de los límites normales. El diagnóstico de disnea se define como la entrada y salida forzada de aire de los pulmones con creciente malestar y esfuerzo (14).

Para la regulación vascular, el diagnóstico de perfusión tisular insuficiente se caracteriza por una circulación sanguínea insuficiente a través de los tejidos periféricos a nivel capilar (12). La presión arterial corresponde a la fuerza ejercida sobre las paredes de las arterias durante las sístoles y diástoles ventriculares y puede verse afectada por el gasto cardíaco, la distensión de las arterias, el volumen sanguíneo, la velocidad y la viscosidad (15).Los diagnósticos de aumento de la presión arterial y disminución de la presión arterial se caracterizan por la presión que ejerce la sangre circulante en las paredes de los vasos de la circulación sistémica, pulmones y corazón, y 120/80 mmHg se considera normal en adultos (11-12). Los parámetros en otras fases de desarrollo son 0-3 meses = 75/50 mmHg, 3-9 meses = 85/65 mmHg, 9-12 meses = 90/70 mmHg, 1-3 años = 90/65 mmHg, 3- 9 años = 95/60 mmHg, 9-11 años = 100/60 mmHg, 11-13 años = 105/65 mmHg y 13-14 años = 110/70 mmHg (13).

Otros diagnósticos que se ven en la clínica son el riesgo de hemorragia, hemorragia y sangrado, que se observan principalmente en clientes con dengue hemorrágico. Estos pacientes tienen síntomas de trombocitopenia y hemorragia evidenciados por uno o más de los siguientes signos: prueba de torniquete positiva, petequias, hematomas y sangrado de las membranas mucosas (16).

Para la hidratación y la regulación de electrolitos, Se observó que el aumento del suministro de agua y nutrientes líquidos podría resultar en un riesgo de aumento del volumen de líquido o aumento del volumen de líquido debido a la infusión de líquidos intravenosos, retención de sodio, fallas en los mecanismos reguladores o estasis venosa. En la clínica de enfermedades infecciosas, el diagnóstico de aumento del volumen de líquido se observa principalmente en forma de edema. El edema de las extremidades se observa como una condición de acumulación excesiva de líquido en los espacios de los tejidos, y se observa comúnmente en víctimas de mordeduras de animales venenosos, generalmente del género Bothrops. Se caracteriza por una inflamación en el sitio de la picadura y puede extenderse a toda la zona afectada (16). El edema en otras áreas, particularmente la cara, es a menudo una complicación de la tos ferina en los lactantes que son propensos a formas graves de la enfermedad (17). Existe un diagnóstico de edema generalizado (o anasarca) que resulta de la acumulación de líquido en los tejidos celulares y en las cavidades corporales (18). La reducción de los suplementos de líquidos puede desencadenar factores de riesgo de pérdida de líquidos corporales y electrolitos, destacando el diagnóstico del riesgo de disminución del volumen de líquidos. Este es un diagnóstico de enfermería relevante ya que el agua es necesaria para el crecimiento, el funcionamiento normal y el mantenimiento de la vida.

Para la nutrición y la regulación nutricional, una disminución o ausencia del apetito es muy común como resultado de factores fisiológicos o causas nerviosas. Se manifiesta por el diagnóstico de déficit de autocuidado alimentario, en el que el cliente presenta una capacidad deteriorada para realizar actividades relacionadas con la alimentación (19), o el diagnóstico de deficiencia de deglución (o disfagia), en el que los clientes presentan dificultad en el paso de líquidos y alimentos descompuestos a través del movimiento muscular desde la boca hasta el estómago (12).

Para las necesidades de eliminación, la eliminación de desechos en la orina depende de los riñones, uréteres, vejiga y uretra. Los diagnósticos encontrados aquí caracterizan alteraciones en el volumen y cantidad de orina, como aumento de la eliminación urinaria, que se define como micción mayor de cuatro a seis veces al día y con una diuresis superior a los valores de 1000 a 2000 ml en 24 horas, y reducida eliminación urinaria, que se caracteriza por una reducción de la micción según los parámetros citados. El diagnóstico de disuria, definido como dolor y dificultad para orinar, tanto al principio como al final, se encuentra principalmente en pacientes con infecciones del tracto urinario (18).

La eliminación intestinal consiste en alimentos no digeridos, inorgánicos materiales, agua y bacterias, con un color pardusco claro u oscuro debido a la escisión de la bilis por las bacterias intestinales. Sin embargo, muchas afecciones pueden alterar la apariencia y la coloración de las heces, incluido el uso de medicamentos o el consumo de ciertos alimentos (15). Los problemas hepatocelulares también generan el diagnóstico de alteración de la eliminación intestinal. Otros cambios en los hábitos intestinales pueden estar representados por el diagnóstico de aumento de la eliminación intestinal (o diarrea), que es el paso de materia fecal con una mayor frecuencia de excreción y aumento de los ruidos intestinales (12). La eliminación intestinal reducida (o estreñimiento) se caracteriza por una disminución de la eliminación de materia fecal a largo plazo o por la dificultad para evacuar (18). Entre otros diagnósticos de enfermería relacionados con las necesidades de eliminación, se destaca el vómito, y éste se define como la expulsión de alimentos o contenidos gástricos transformados de la boca o su retorno a la boca (12).

Dormir y descansar Facilitar el crecimiento celular y la reparación de tejidos corporales envejecidos. Se sabe que la presión arterial y la frecuencia metabólica, cardíaca y respiratoria se reducen a niveles basales durante el sueño, favoreciendo las funciones biológicas normales del organismo (19). Sin embargo, existen afecciones no tratadas que provocan alteraciones en los patrones normales de sueño y descanso, y estas pueden generar tres situaciones: insomnio, movimientos o sensaciones anormales durante el sueño o despertarse durante la noche y somnolencia diurna excesiva. Este diagnóstico de enfermería para estos es la alteración del sueño y el descanso (11).

La mecánica corporal implica un conjunto de actividades de los sistemas musculoesquelético y nervioso para mantener el equilibrio, la postura y la alineación corporal. El uso apropiado de la mecánica corporal reduce el riesgo de daño al sistema musculoesquelético (11). El daño puede causar un movimiento deficiente, que es una limitación del sistema musculoesquelético que afecta el movimiento (12). El diagnóstico de movilidad reducida expresa dificultad para caminar (18).

El cuidado corporal involucra actividades que brindan comodidad, seguridad y bienestar al individuo. Hay clientes con cierto tipo de limitaciones cognitivas y motoras, y la enfermera debe identificarlas e intervenir para brindar prácticas de higiene. Es importante comunicarse para promover una relación más terapéutica (11). El cliente puede presentar los siguientes diagnósticos de enfermería: Déficit de autocuidado de bañarse y vestirse y Déficit de autocuidado de higiene (o higiene corporal deteriorada). La primera está representada por la capacidad deficiente para realizar actividades, como bañarse y vestirse adecuadamente, y la segunda, por la incapacidad de mantener un estándar de higiene continuo o de mantener el cuerpo limpio e inodoro (14,19).

La higiene de la cavidad bucal consiste en mantener la integridad de la mucosa, monitorear las infecciones fúngicas, principalmente en pacientes inmunodeprimidos, y examinar la dentición, responsable de la masticación de los alimentos. Sin embargo, pueden surgir dificultades debido a una higiene deficiente de la cavidad bucal, lo que lleva a una inflamación o infección, que puede provocar la pérdida o ablandamiento de los dientes (11).

La piel es la principal barrera protectora contra las enfermedades que causan organismos. También protege contra traumatismos, especialmente en la palma y la planta. Está ricamente inervado, lo que lo hace sensible a la temperatura, el dolor y la presión. Además, la piel regula la temperatura por radiación, conducción y convección de calor, y es capaz de sintetizar vitamina D al exponerse a la radiación ultravioleta (15).

El diagnóstico de integridad cutánea deteriorada caracteriza el estado de alteración de la superficie externa del cuerpo (14). Esto se puede observar en la varicela y el herpes zóster por la aparición de una erupción maculopapular que asume un aspecto vesicular. Las erupciones se convierten en pústulas y costras. Es importante evaluar las sensibilidades térmicas, dolorosas y táctiles de los trastornos debidos al deterioro dermatoneurológico (20). El diagnóstico de úlcera por presión representa un área de lesión por presión prolongada e intensa, que afecta el metabolismo celular al reducir u obstruir el flujo sanguíneo y provocar isquemia tisular (11).

La piel también sufre modificaciones debido al envejecimiento. Los principales diagnósticos de enfermería asociados a estos cambios son la disminución de la turgencia y la disminución de la hidratación de la piel (o piel seca), en los que se destacan la sequedad, las arrugas y la pigmentación. El secado ocurre debido a la disminución de las glándulas sudoríparas y sebáceas, y las arrugas se deben al adelgazamiento de la epidermis y la dermis, lo que promueve la aparición de arrugas y la disminución de la turgencia. La aparición de pigmentación resulta de la exposición a la luz solar sin el uso de protección (15). Sin embargo, una disminución de la turgencia de la piel durante la vejez es normal, a diferencia de una disminución de la turgencia debida a alteraciones de los electrolitos, como la deshidratación.

La regulación térmica corresponde al equilibrio entre el calor perdido y el calor producido. Está controlado por mecanismos fisiológicos y conductuales (15). Los cambios de temperatura ocurren debido a fallas en la pérdida de calor y la producción. Por lo tanto, se observa un aumento de la temperatura corporal cuando el calor corporal aumenta en relación con el metabolismo corporal. Durante el día, hay un ligero aumento de la temperatura corporal en comparación con el sueño o el descanso. Lo contrario ocurre en la disminución de la temperatura corporal (12). La sudoración es un proceso en el que el cuerpo pierde calor por evaporación. Esto puede aumentar durante situaciones de estrés emocional o mental o al hacer ejercicio. El exceso de sudoración puede provocar sequedad de la piel y las membranas mucosas, así como picazón. Esto se evidencia con el diagnóstico de sudoración excesiva, que refleja la pérdida de demasiada agua por la evaporación de la humedad en la superficie de la piel (12).

La percepción del dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable. Es la razón más común para buscar atención médica. Así, el enfermero debe comprender la fisiopatología del dolor, sus consecuencias fisiológicas y psicológicas y los métodos utilizados para tratarlo (15). El dolor se puede clasificar por su duración y ubicación. Por lo tanto, los diagnósticos de dolor agudo reflejan un aumento de la percepción sensorial de las partes del cuerpo en un intervalo de tiempo corto o de aparición repentina, y esto se interpreta mediante informes de dolor, expresiones faciales de dolor, tono muscular alterado, comportamiento de autoprotección, reducción de la capacidad de atención, percepción alterada del tiempo, alejamiento del contacto social, procesos de pensamiento deteriorados, comportamiento distraído, agitación y pérdida del apetito.El diagnóstico de dolor crónico se conceptualiza de la misma manera, pero se lleva a cabo durante un período de tiempo más largo (12).

Para necesidades psicosociales, la seguridad en el hospital, la comunidad o el hogar disminuye la incidencia de problemas de salud. y lesiones, reduce la duración del tratamiento y le da al cliente una sensación de bienestar (11). En este contexto, se enfatiza el diagnóstico de riesgo de transmisión de la infección. Es el riesgo de transmitir o desencadenar la invasión de microorganismos patógenos que se reproducen y multiplican, provocando enfermedades por lesión celular local, secreción de toxinas o reacciones antígeno-anticuerpo (12). El riesgo de diagnóstico de infección secundaria refleja la posibilidad de contraer otra infección durante o al final del tratamiento de una infección primaria.

La educación para la salud es importante para prevenir y promover la salud, ya que sensibiliza al cliente y sus familiares sobre su disfunción de salud, el uso de medicamentos o la realización de procedimientos. En casos de bajo conocimiento de salud, traducido como la comprensión inadecuada de su condición patológica o cómo enfrentar los problemas de salud, la educación puede facilitar la adherencia al plan de tratamiento. La educación también podría mejorar los casos de deterioro de la aceptación del régimen terapéutico, que considera las dificultades para adherirse al plan de tratamiento farmacológico o no farmacológico. La falta de adherencia al régimen terapéutico ha sido objeto de diversos estudios. Entre los factores más importantes se encuentran los complejos regímenes terapéuticos de larga duración, los efectos secundarios, las restricciones económicas, el olvido y los hábitos de autotratamiento, como la compra de medicamentos sin prescripción médica (15).

El sistema neurológico está responsable de mantener la conciencia y controlar la memoria, los procesos de pensamiento, las sensaciones, las emociones y los movimientos voluntarios (19). El cliente puede presentar un nivel reducido de conciencia, representado por capacidades de respuesta mental significativamente reducidas (12). Estos casos se observan principalmente durante la meningitis bacteriana, donde las bacterias se distribuyen por el sistema nervioso central y las paredes de los senos venosos cerebrales, y finalmente penetran en la duramadre para alcanzar el espacio subaracnoideo. Si el organismo no desarrolla mecanismos de defensa, la infección se propaga provocando alteraciones neurológicas (20).

CONCLUSIONES

Los resultados de este estudio son clínicamente relevantes, y la creación de nomenclatura diagnóstica Facilitará la comunicación entre los profesionales de enfermería. Es importante destacar que las declaraciones se construyeron a partir de términos clínicos utilizados en una clínica de enfermedades infecciosas, permitiendo el uso de principios metodológicos, una mejor visualización científica por parte de los profesionales y brindando una atención con mayor poder resolutivo para el cliente.

Uno de los Los principales desafíos encontrados a lo largo de este estudio fue sintetizar una lista coherente de diagnósticos para clientes de diferentes grupos de edad. Otra dificultad fue relacionar los aspectos clínicos de diferentes enfermedades infecciosas utilizando herramientas como el razonamiento clínico, la experiencia académica y los conocimientos técnicos y científicos y, posteriormente, agrupar los signos y síntomas para crear los diagnósticos.

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11. Sobreira IAP. Construção de banco de termos da linguagem especial de enfermagem da clínica de doenças infecto-contagiosas do HULW / UFPB. João Pessoa: Universidade Federal da Paraíba; 2009.

13. Asociación Norteamericana de Diagnóstico de Enfermería (NANDA). Diagnósticos de Enfermagem da Nanda: definições e classificação 2009-2010. Porto Alegre: Artmed; 2010.

15. Conselho Internacional de Enfermeiros (CIE). Classificação Internacional para a Prática de Enfermagem versão 1.0. São Paulo: Algol; 2007.

16. Collet N, Oliveira BRG, Viera CS. Manual de enfermagem em pediatria. Goiânia: AB; 2010.

19. Brasil. Ministério da Saúde; Secretaria de Vigilância em Saúde. Doenças infecciosas e parasitárias: guia de bolso. 8ª ed. Brasilia; 2010.

20. Brasil. Ministério da Saúde; Secretaria de Vigilância em Saúde. Guía de vigilância epidemiológica. 6ª ed. Brasilia; 2005.

22. Carpenito-Moyet LJ. Manual de diagnósticos de enfermagem. Porto Alegre: Artmed; 2008.

23. Aguiar ZN, Ribeiro MCS, organizadoras. Vigilância e controle das doenças transmissíveis. 3ª ed. São Paulo: Martinari; 2009.

Correspondencia dirigida a:
Lidiane Lima de Andrade
Rua Alzira Coutinho de Araújo, 65 – Apto. 102 – Bancários
CEP 58051-119 – João Pessoa, PB, Brasil

Recibido: 22/02/2011
Aprobado: 18/12/2012

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