¿Realmente necesito bañar a un gato? Y si es así, ¿es necesario hacerlo una vez a la semana, todos los días, con qué frecuencia? Una respuesta breve y rápida es: sí, hay que bañar a un gato, pero en las circunstancias adecuadas y con los productos adecuados. Muchos propietarios piensan que sus gatos no necesitan ayuda de las personas, porque pasan mucho tiempo cuidándose. Pero no es cierto. Los gatos se cepillan el pelo muerto, los tejidos y los restos de comida, masajean las raíces del pelo y esparcen los aceites de manera más uniforme por el cuerpo, lamiéndose con su lengua rugosa. El problema es que la suciedad y la caspa no van a ningún lado, lo que hace que el gato no esté limpio según nuestros estándares. La gente piensa automáticamente que a los gatos no les gusta el agua y no pueden bañarse. Pero si están acostumbrados al agua desde una edad temprana, los baños no serán estresantes para ellos, simplemente se convertirán en una parte normal de su vida.

La frecuencia de bañar a un gato depende de su edad, niveles de comodidad y sus necesidades.

Los gatitos pequeños se deben bañar regularmente cada tres días, debido a su suciedad. Cuando tengan 12 meses o más, puede bañarlos todos los meses y no más de cada tres o cuatro meses. Nuestro objetivo es proporcionar al gato baños regulares para que los vea como algo positivo. Todos los gatos son individualistas: cada uno tiene su temperamento. Es posible que su gato acepte bañarse tranquilamente, aunque al principio no le guste. Los gatos de pelo largo, mediano y a los que les gusta pasar tiempo al aire libre requieren más atención que los gatos de pelo corto y domésticos, que pueden requerir un baño con menos frecuencia. Los gatos que son muy activos requieren baños más frecuentes porque se ensucian más rápido y más fácilmente. Los gatos que no pueden o no se cuidan a sí mismos necesitan un baño para que su pelaje no se vuelva grasoso o pegajoso.