Cómo congelar las fresas sin perder su sabor jugoso

Las fresas, simples, dulces y del tamaño de un bocado, son un bocadillo bueno para usted que satisfará tus golosos. Además, son una gran fuente de vitamina C, manganeso y ácido fólico, lo que los hace excelentes como desayuno para comenzar el día o como postre después de la cena. Una fresa fresca es absolutamente deliciosa, pero si alguna vez abrió su refrigerador para encontrar el bocadillo afrutado que tanto deseaba cubierto de moho, ya sabe lo rápido que se estropean las fresas.

Una bolsa de fresas precongeladas es siempre una opción sólida para un uso prolongado Pero si regresa de la tienda con demasiadas cajas de bayas, ¡aún puede congelarlas usted mismo! Si bien se recomienda consumir fresas frescas en un plazo de 2 a 3 días cuando se almacenan en el refrigerador, las fresas congeladas pueden durar hasta 8 a 12 meses según la FDA.

Cómo congelar fresas

Si planeas descongelar tus fresas en el futuro para picar, congélalas enteras. También puedes cortarlos por la mitad si planeas usarlos en un batido o en una receta de postre dulce de fresa como el pastel de capas de fresa y ruibarbo o Pavlova con fresas y ruibarbo.

Primero, limpia tus fresas. Cuando se esté preparando para congelar sus bayas, enjuáguelas con agua corriente (no remoje las fresas para lavarlas, puede hacer que las bayas pierdan algo de su sabor natural). Después, corta los tallos de las fresas y deséchalas. Si está cortando las bayas para usarlas en algo, puede hacerlo antes de congelarlas.

Congélelas instantáneamente de forma individual. Coloque las fresas en una lámina para hornear forrada de pergamino, luego colóquelas en el congelador para por lo menos dos horas, o hasta que estén completamente congeladas. Esto evitará que las bayas se peguen cuando las almacene.

Por último, guárdelas en su congelador juntas. Una vez que las fresas estén sólidas, colóquelas en un recipiente de almacenamiento apto para congelador y exprima el aire de su bolsa para evitar quemaduras en el congelador. Una vez que estén bien empaquetados y bien apretados, ¡son buenos para guardarlos en su congelador hasta que esté listo para usarlos!

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