Climax, (en griego: «escalera»), en la ficción dramática y no dramática, el punto en el que se logra el nivel más alto de interés y respuesta emocional.
En retórica, el clímax se logra mediante la disposición de unidades de significado (palabras, frases, cláusulas u oraciones) en un orden ascendente de importancia. El siguiente pasaje de Moby Dick de Melville (1851) es un ejemplo:
Todo lo que más enloquece y atormenta; todo eso
remueve las heces de las cosas, toda la verdad con malicia
en ella; todo lo que rompe los tendones y apelmaza el
cerebro; todos los sutiles demonismos de la vida y
pensamiento; todo el mal, para el loco Ahab, eran visiblemente
personificado y hecho prácticamente asaltable en
Moby Dick.
En la estructura de una obra el clímax, o crisis, es el momento decisivo , o punto de inflexión, en el que la acción ascendente de la obra se invierte a la acción descendente. Puede coincidir o no con es el punto más alto de interés en el drama. En el influyente esquema piramidal de la estructura dramática de cinco actos, presentado por el dramaturgo alemán Gustav Freytag en Die Technik des Dramas (1863), el clímax, en el sentido de crisis, ocurre cerca de la conclusión del tercer acto. A finales del siglo XIX, cuando se abandonó el drama tradicional de cinco actos en favor del de tres actos, tanto la crisis como el clímax emocional se situaron cerca del final de la obra.