Anomia, también deletreada anomía, en sociedades o individuos, una condición de inestabilidad resultante de una ruptura de estándares y valores o de la falta de propósito o ideales.
El término fue introducido por el sociólogo francés Émile Durkheim en su estudio del suicidio. Creía que un tipo de suicidio (anómico) era el resultado de la ruptura de los estándares sociales necesarios para regular el comportamiento. Cuando un sistema social se encuentra en un estado de anomia, los valores comunes y los significados comunes ya no se comprenden o aceptan, y no se han desarrollado nuevos valores y significados. Según Durkheim, tal sociedad produce, en muchos de sus miembros, estados psicológicos caracterizados por una sensación de futilidad, falta de propósito, vacío emocional y desesperación. Esforzarse se considera inútil, porque no existe una definición aceptada de lo que es deseable.
El sociólogo estadounidense Robert K. Merton estudió las causas de la anomia, o falta de normas, y la encontró más grave en personas que carecen de un medio aceptable de alcanzar sus metas personales. Las metas pueden llegar a ser tan importantes que si los medios institucionalizados, es decir, aquellos medios aceptables de acuerdo con los estándares de la sociedad, fracasan, podrían utilizarse medios ilegítimos. Un mayor énfasis en los fines que en los medios crea una tensión que conduce a un colapso en la estructura reguladora, es decir, a la anomia. Si, por ejemplo, una sociedad impulsara a sus miembros a adquirir riquezas y, sin embargo, les ofreciera medios inadecuados para hacerlo, la tensión provocaría que muchas personas violaran las normas. Las únicas agencias reguladoras serían el deseo de ventaja personal y el miedo al castigo. El comportamiento social se volvería así impredecible. Merton definió un continuo de respuestas a la anomia que iban desde la conformidad hasta la innovación social, el ritualismo, el retraimiento y, finalmente, la rebelión. La delincuencia, el crimen y el suicidio son a menudo reacciones a la anomia.
Aunque el concepto de anomia de Durkheim se refería a una condición de relativa falta de normas de una sociedad o grupo social, otros escritores han utilizado el término para referirse a las condiciones de los individuos . En este uso psicológico, la anomia significa el estado mental de una persona que no tiene estándares o sentido de continuidad u obligación y ha rechazado todos los vínculos sociales. Las personas pueden sentir que los líderes comunitarios son indiferentes a sus necesidades, que la sociedad es básicamente impredecible y carece de orden, y que los objetivos no se están cumpliendo. También pueden tener un sentido de inutilidad y la convicción de que los asociados no son fuentes confiables de apoyo.